¿De dónde sacar inspiración?



Mantenerse productivo es el desafío de todo artista. Más aún si el resultado de su trabajo depende pura y exclusivamente de las ideas y del fruto de su intelecto.

Generar contenido a diario, ya sea que se trate de escribir unas cuantas páginas por día para un libro, mantener una campaña de marketing o generar posteos para redes sociales, requiere de de un arduo esfuerzo que compromete, como mínimo, tres aspectos:

Estos tres aspectos, en definitiva, apuntan a permitir producir un trabajo que sea de utilidad no sólo para su creador, sino especialmente para su público.

Pero si hay algo que necesita el artista más que nadie es ese ímpetu, esa fuerza creativa que impulsa las ideas y enciende la máquina que transforma pequeñas ocurrencias en grandes obras.

Ese impulso no es más ni menos que la motivación que nos empuja a diario a escribir una nueva página, a confeccionar un nuevo diseño, a dar forma a nuestros pensamientos.

Personalmente soy del tipo de persona que se interesa por muchas cosas a la vez y hay momentos en que siento que mi entusiasmo fluctúa quizá ante la decepción de no poder contar con más horas en el día para dedicar a todos mis intereses.

Esto me ha llevado en muchas ocasiones a pasar de encontrarme completamente absorbida por una temática a prácticamente abandonarla de un momento a otro y recaer nuevamente en la obsesión tan sólo algunas semanas después.

Esa falta de constancia que en ocasiones puede llegar a repercutir en los proyectos personales, me obligó a intentar encontrar algún método o modelo de trabajo que pudiera permitir mantener vivo el interés, la motivación y, sobre todo, el hacer frente al trabajo en aquellos días en que el ánimo se transformaba en el principal obstáculo a la hora de sentarse a escribir o inclusive estudiar.

El año pasado me recomendaron el libro El camino del artista, de Julia Cameron, el cual recomiendo muchísimo leer si estás pasando por momentos de bloqueo creativo o no te animás a dar el primer paso en aquello que te apasiona.

Este libro apunta principalmente al perderle el miedo a escribir y tiene varios consejos interesantes que pueden ayudar a mantener la motiviación diaria. Hay dos ejercicios puntuales que impulsa la autora por los que es mundialmente conocida y que creo que realmente funcionan:

Morning Pages o páginas de la mañana: son tres páginas que la autora recomienda escribir apenas nos levantamos y antes de hacer cualquier otra actividad. Se trata simplemente de sentarse quince minutos a escribir sobre cualquier cosa, aunque no tengamos ganas, aún si no se nos ocurre acerca de qué escribir. Podés escribir “no sé qué decir” y comenzar a partir de ahí a llenar las tres páginas con todo lo que se te vaya surgiendo en la cabeza. No hay reglas ni temáticas, podés escribir una historia o cómo sentís, lo que sea.

La idea es simplemente acostumbrarse a transcribir y articular nuestras ideas.

Cita con el artista: esta es otra gran idea que Julia postula como fundamental para activar la mente de todo artista. Como personas creativas, aquellos que creamos contenido y arte en general, necesitamos alimentar la cabeza de nuevas ideas que conecten con nuestras ocurrencias y nos permitan producir contenido innovador y de calidad. La cita con el artista no es más que una tarde o noche dedicada a hacer algo que nos guste y que disfrutemos al máximo: puede ser leer un libro, ver una película, salir a pasear, tomar una clase de baile. La consigna es empaparnos de aquello que nos gusta, nos motiva y pone en ejercicio nuestra creatividad. Las ideas fluyen mejor si mantenemos expuesto nuestra cabeza a estímulos constantes.

La inspiración no algo que se tiene o no se tiene, es un ejercicio que se debe poner en práctica a diario yendo a beber de la fuente de nuestros intereses y poniendo en práctica nuestras pasiones.

Me gusta mucho este fragmento del libro The art of creative thinking de Rod Junkins que habla acerca del trabajo diario y el auto-estímulo constante para evitar que las grandes ideas se enfríen.

“A great ideas is electrifying and exhilarating. It has energy. But no matter how strong the idea, if you sit on, it gets cold. You must maintain the sense of excitement you had when you first inspired. Whatever the project -building a house extension, renovating a boat or planning to open a store – it’s important to ride the momentum. Work on an idea constantly until it’s resolved. The minute we lose momentum, we lose the thread. Our inner critic awakens. We start doubting what we’re doing and energy level drop. When it comes to creative execution, the key is to get moving – and keep moving.”



Picture: Yaoqi on Unsplash